El acero se puede definir como una aleación entre hierro y carbono, en la que el porcentaje de carbono es siempre inferior al 2%, siendo el mínimo contenido del orden del 0,05 %. Con el objetivo de conseguir alguna propiedad adicional de la aleación, se suelen añadir otro tipo de compuestos como cromo, níquel, manganeso, etc.

El acero es un buen material de construcción, ya que presenta una elevada resistencia a la tracción y a la flexión. Es un material duro, que no se raya con facilidad, y tenaz, es decir, tiene una gran resistencia a los golpes.

Pero ahora bien, el material que hemos definido hasta ahora se oxida con facilidad en contacto con la atmósfera, ya que el hierro se combina con el oxígeno atmosférico para formar óxidos de hierro, que son característicos por su color rojizo. Para evitar este proceso de oxidación del hierro de la aleación, basta con añadir cromo a ésta y obtenemos el acero inoxidable.

El cromo se oxida fácilmente en contacto con el oxígeno, formando una fina capa de óxido de cromo que protege a la pieza de acero inoxidable. Además, en caso de que dicha capa de óxido se pierda por algún motivo, se vuelve a regenerar con rapidez.

Los cuatro tipos de acero inoxidable son:

  • Acero inoxidable 304, para zonas de interior.
  • Acero inoxidable 316, para zonas de alta salinidad, cercanas al mar.
  • Acero inoxidable 316L, para uso alimentario.
  • Acero inoxidable dúplex, más resistentes y que permiten grosores más finos para un misma consistencia.

Se diferencian entre ellos, en función del porcentaje de composición de hierro, carbono, níquel y cromo, fundamentalmente.

Propiedades del acero inoxidable

Resistencia a la corrosión

Esta característica lo convierte en un material especialmente indicado para su contacto con agentes atmosféricos que puedan someter al acero convencional a corrosión, como, por ejemplo, acero inoxidable para puertas.

Otras características que merece la pena destacar son su alta capacidad estética, su relativamente bajo coste, la facilidad de su fabricación, sencillez de limpieza y su resistencia a las altas temperaturas.