El material en el que está fabricada nuestra puerta de inoxidable asegura que sea resistente al calor y la corrosión. El contenido en Cromo protege del oxígeno, por lo que evita el óxido y las manchas permanentes. El inoxidable tiene un fácil y cómodo mantenimiento asegurado larga durabilidad.

Si necesitas limpiar una puerta de acero inoxidable de tu casa o negocio, debes saber que existen en el mercado multitud de productos específicos para la limpieza de inoxidable. Con un poco de trabajo, podemos conseguir que nuestra puerta recupere el brillo del primer día.

Qué debo tener en cuenta al limpiar la puerta

En primer lugar debemos tener cuidado con los productos químicos que aplicamos, evitando en todo momento los que tienen lavandina. Este producto químico reacciona con el inoxidable y puede perjudicarlo sin vuelta atrás. No son los más habituales, pero conviene ser precavido.

Antes empezar a limpiar es una buena recomendación utilizar ropa adecuada. No queremos marchar ni deteriorar nuestra ropa en un descuido, por lo que es interesante disponer de una ropa específica para estos trabajos. Además necesitarás un balde con agua templada, un trapo de microfibra humedecido, producto para limpieza de cristales y un trapo para secar el cristal a posteriori.

Empezaremos limpiando por los marcos de la puerta, desde abajo hacia arriba. Después procedemos a limpiar el interior de la puerta también desde abajo hacia arriba. Debemos hacer especial hincapié en la zona de la manilla ya que tiende a acumular bacterias.

Cuando las manchas son superficiales basta con utilizar agua remplada y una esponja. Frotando suavemente eliminamos la suciedad leve. En caso de que sea necesario podemos añadir al agua detergente(jabón neutro) y proceder con la limpieza. Es muy buena idea secar inmediatamente la superficie para asegurar un buen resultado. Si no retiramos bien el detergente utilizado, el acero inoxidable puede volverse morado. Para arreglar este problema solo tenemos que limpiar bien con agua limpia y retirar el producto.

Limpieza del cristal

Para la limpieza del cristal de la puerta recomendados usar un producto específico, o bien un multiusos pero que esté pensado para puertas y no perjudique el acero inoxidable. Sí el cristal tiene mucho polvo, primero debemos retirarlo con un trapo o con papel de cocina. A continuación aplicamos el limpiador y después de limpiar secamos con un paño por evitar manchas residuales y asegurar un resultado brillante.  Es importante  que las pasadas del paño se realicen con movimientos circulares.

Eliminar las manchas de dedos

Las manchas de dedos nos las encontramos cerca de la manilla. Para poder eliminarla debemos tener en cuenta el acabado de acero inoxidable de nuestra puerta. Este puede ser brillo o satinado. Contrariamente a lo que se piensa, es mas limpio el brillo que el satino. Enel brillo tenemos una superficie completamente lisa, por lo que solo necesitamos un trapo ligeramente humedecido para eliminar en una o dos pasadas las manchas de dedos. El satidado tiene una superficie con microsurcos que es ligeramente menos lisa que la anterior. Por tanto, a la hora de limpiar, debemos realizar tres o cuatro pasadas para tener un resultado satisfactorio.

Pulido y protección

Cuando la superficie de la puerta se está empezando a rayar o tiene una zonas irregulares, puede ser una buena idea pulir el acero inoxidable para mejorar su aspecto. Mediante una herramienta pulidora y una cera específica, realizamos el tratamiento en toda la superficie. Eliminaremos la suciedad e imperfecciones consiguiendo un resultado óptimo.

Productos ecológicos para limpiar

Si queremos ser más respetuosos con el medio ambiente, podemos utilizar productos ecológicos. Un poco de vinagre o zumo de limón puede ser una buena alternativa a los limpiadores quñimios. Aplicado con un trapo o con un difusor, aumenta el brillo natural del acero inoxidable. En el caso del limón, tendremos además un olor agradable.

Desinfectar el tirador la manilla de la puerta

Sin duda el tirador y manilla son las zonas de la puerta que más bacterias tienden a acumular, ya que son constantemente tocadas por las manos de los usuarios. Si la puerta es de una vivienda particular, limparemos una vez a la semana con agua y jabón neutro. Si se trata de una puerta de comunidad, es buena idea limpiarla al menos una vez al día, ya que sufre un uso más intensivo. Si es necesario, podemos utilizar un desinfectante diluido en agua, siempre teniendo en cuenta que no sea abrasivo.